Cada día una nueva pregunta interrumpía mis horas. La más frecuente era aquellos que a muchos enceguece tapando el camino correcto por que solo querían hallar la respuesta a aquella interrogante: "¿Porqué?"
Siempre me molestó esa pregunta. Siempre tenemos razones para hacerla pero casi nunca encontramos una respuesta para ella.
Cuando esta pregunta llagaba a mí, casi como si se hubiese establecido una rutina, las lágrimas caían de mis ojos. Me sentía perdida y sofocada ante el hecho de no tener una respuesta para ello.
Pero detrás de aquel camino de lágrimas y oscuridad llegaba a vos. Vos secabas mis lágrimas y abrazándome con todas tus fuerzas te deshiciste de todos y cada uno de mis miedos, abriéndome el camino para regresar a casa.
Después de un par de meses, puedo decirte que las cosas cambiaron cuando menos lo esperaba. Al mirar a mi alrededor, sé que las cosas no son como eran antes. Vos ya no estás a mi lado. Ya no estás esperándome al final del camino, y una vez más me siento perdida.
Ahora el tiempo pasó y ya no lloro por que no estás conmigo, y en este instante ya no se encuentra en mi mente aquella pregunta del principio. Ahora la interrogante es : ¿Porqué te fuiste de mi lado? ¿Hemos olvidado todas aquellas promesas?
Conozco bien las respuestas a esas preguntas, es solo que jamás quise verlas ni escucharlas.
Hoy, después de casi un año te digo que aunque estés lejos y no seamos como antes siempre voy a estar acá. Y ahora estaré esperando SIEMPRE al final del camino por si decides volver.